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¿Cuánto vidrio reciclado puede contener una botella?

Desde el punto de vista teórico, resulta perfectamente posible fabricar una botella nuevaexclusivamente a partir de los residuos de vidrio que depositan los ciudadanos en los contenedores de las calles. Sin embargo, la realidad es distinta. En la práctica no se producen botellas que contengan un 100% de vidrio reciclado. Como ya se ha explicado en este blog, existe una importante limitación: el color. Algunas botellas verdes pueden incorporar un alto porcentaje de vidrio ya usado (lo que en el argot técnico se denomina “calcín” o “casco”), pero otras tonalidades deben fabricarse en su mayoría, o incluso totalidad, con nuevas materias primas. Por otro lado, también influye lo que tiren por la boca del contenedor de vidrio los ciudadanos. ¿Qué se utiliza realmente para fabricar cada botella? Una declaración ambiental realizada por el grupo vasco Vidrala de uno de sus envases de vidrio en Italia aporta información interesante.

En concreto, la declaración ambiental (EPD) es de una botella de 750 ml. de color verde oscuro fabricada en una planta de Corsico, cerca de Milán, y con una huella de carbono de158,2 gramos de CO2. Según Olga Martín, directora del departamento de Vidrio y Medio Ambiente del grupo con sede en Llodio (Álava), este envase destaca ambientalmente, entre otras particularidades, por su ligereza y por su contenido en vidrio recuperado de los contenedores. Su peso es de 390 gramos. ¿Cuál es su contenido en casco? Un 54,21%. Exactamente, un 48,69% de vidrio recuperado de los contenedores y otro 5,52% procedente de descartes de la propia fábrica (botellas rotas o descartadas en el proceso de fabricación). Un 54,21% no parece mucho. Aunque, según Vidrala, esto no es poco para una botella verde oscuro, y más en Italia.

¿Cuál es el color que deja integrar más vidrio reciclado? Como explica Martín, elverde esmeralda permite incorporar un 80-85% de casco. En cambio, para fabricar vidrioverde oscuro se mete en los hornos un 50-55% y para el ámbar (marrón) un 45-50%. En el caso del blanco (transparente), incluso cribando al máximo el casco para retirar las otras tonalidades, no se incluye más de un 15%. En resumen, el vidrio que sale de los hornos de esta empresa vidriera utiliza, de media, alrededor de un 40-45% de casco.

El color determina cuánto vidrio usado se puede utilizar, pero también lo hace la cantidad y la calidad de lo que se recoge en los contenedores. En España se recupera cerca de un 60% del vidrio producido; así pues, esto es de lo que se dispone para reciclar. De media, las botellas fabricadas en el país podrían contener como máximo un 60% de casco o vidrio reciclado. Aunque este dato no es del todo real, pues, como explica Juan Martín Cano, secretario general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Envases de Vidrio (Anfevi), hay muchas botellas de vidrio que se venden a otros países y que no vuelven (lo que reduce el porcentaje de recuperación). “España exporta más productos envasados en vidrio de los que importa, dicho en otras palabras, se vende más vino Rioja fuera que lo que se compra aquí whisky escocés”, comenta.

Igual de importante es que el vidrio recuperado en los contenedores no esté mezclado con otros materiales, como cerámicas (restos de vajilla). Cuánto mejor separado esté, más se podrá utilizar en una botella, y al revés. “Hay que tener cuidado pues el casco suele tener muchas impurezas”, incide Martín, que detalla cómo esto puede aumentar los rechazos. Según explica, otra de las particularidades de la botella de la declaración ambiental de Vidrala es que el porcentaje de rechazo de envases defectuosos en su fabricación está en un 7%, cuando por lo general se llega a un 10-12%.

Si se deja de lado la parte de vidrio reciclado, el resto de ingredientes introducidos en el horno para fabricar la botella de color verde oscuro son sílice (arena), carbonato sódico,carbonato cálcico y, en cantidades mucho menores, sulfato de calcio y de sodio, así como cromita, óxido de hierro y grafito. Como detalla Martín, para fabricar una botella a partir de nuevos componentes se necesita fundir la arena a temperaturas muy altas. Con el carbonato sódico (obtenido a partir de un proceso industrial denominado solvay) y el carbonato cálcico (obtenido de materiales de canteras como caliza, mármol, dolomita…) se consigue que no haga falta tanto calor en el proceso. Los sulfatos sirven para eliminar gases y para volver homogénea la masa vítrea. Y todo lo demás, que varía ya mucho en función de cada botella, actúa como colorante.

Lo que se meta en el horno influye en el gasto de energía y en la generación deemisiones de CO2. Al fabricar una botella se emite CO2 de dos formas distintas: principalmente, por el uso del gas natural para calentar el horno, pero también por las propias emisiones de los carbonatos en el proceso de fundición. Cuando se utiliza vidrio recuperado de los contenedores se puede reducir a la vez el porcentaje de estos carbonatos y la energía requerida; dado que el casco ya tiene la estructura molecular del vidrio y solo se necesita fundirlo para aumentar su plasticidad. De acuerdo a los datos de esta empresa vidriera, por cada 10% de vidrio reciclado que se utilice de más se reduce un 2,5% el consumo de energía en el horno. “El casco es una maravilla para nosotros”, incide Martín.

Existe un viejo debate sobre qué es mejor: si reciclar una botella o reutilizarla (como se hacía antaño cuando había que devolver el envase vacío). En la jerarquía para la mejor gestión de los residuos se sitúa por delante la reutilización. Sin embargo, en el caso del vidrio depende de las variables de la partida y de la logística: transportar una botella vacía como la de color verde oscuro de 390 gramos (algo más de los 322 gramos que pesa una botella de media en España) implica un gasto de energía que hay que tener en cuenta. Para el secretario general de Anfevi, la clave está en la proximidad y en elmarketing. Según incide, para que compense la reutilización, las rutas de transporte no pueden ser muy largas y las botellas que se recojan deben ser envases normalizados de mucho consumo en lugar de envases muy distintos para cada marca. Del mismo modo, en lo que respecta al impacto real del reciclaje, resulta de nuevo determinante el color de la botella. Como se ha visto, no resulta tan sencillo como fundir una botella usada para volver a crear otra nueva.

Fuente: El Pais

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